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Lo creó cantor, pobre, sufrido y vÃctima de la injusticia. Pero ocurrió un proceso cultural que rara vez sucede: la colectividad argentina tomó al personaje y lo siguió construyendo.
Este fenómeno puede entenderse como “mitificación” que en a MartÃn Fierro configura como héroe épico.
Acudiremos a algunas de las opiniones de Leopoldo Lugones para abordar estos conceptos.
En primer lugar, un héroe épico lucha constantemente por su libertad, superando todo tipo de adversidades e injusticias. MartÃn Fierro nunca toma decisiones que signifiquen renunciar a su libre albedrÃo.
Y cuando ya no les es posible sostener esa libertad decide junto a su amigo Cruz partir hacia el desierto, hacia tierra de “indios”, que son hasta ese momento, sus enemigos. Es tÃpico del héroe el emprender un largo viaje en el que debe sortear todo tipo de obstáculos. Una vez que el héroe regresa ya nunca será la misma persona, pues la experiencia adquirida lo marcará de forma indeleble, por lo que este tipo de viajes no es geográfico, no importa por donde pasó o a qué lugar llegó, sino que hablamos de viaje mÃtico.
En segundo lugar, porque los héroes suelen marcar una nueva tendencia en el modo de accionar, toman decisiones, acciones, piensan de manera distinta a la esperada. Por ello siempre instalan un nuevo orden, una nueva forma de ver las cosas. Cabe mencionar el canto de MartÃn Fierro, en constante lucha con el sistema que rige, con las injusticias y la autoridad. (En “El gaucho MartÃn Fierro” fracasa en esta empresa, prueba de ello es la rotura de su guitarra en el final, pero en “La vuelta de MartÃn Fierro” retoma el canto porque finalmente el sistema ha sido modificado, hay lugar para todos).
Por último, retomamos la idea mencionada al principio sobre la colectividad como creadora del personaje. Para muchas personas MartÃn Fierro no es un personaje ficcional, sino un personaje histórico. Este hecho no constituye un error, sino que evidencia parte del proceso de apropiación de la colectividad. Además, se le suelen adjudicar los consejos de Vizcacha como “No hay que creer en la renguera del perro ni en lágrimas de la mujer”, justamente del personaje más sombrÃo de la obra, del anti-héroe que sólo transmite las fórmulas para lograr la viveza criolla. De alguna manera, esto demuestra que la viveza criolla también está inscripta en la colectividad argentina.
Por todo lo antes mencionado, por lo que la obra transmite y por lo que la colectividad le ha otorgado, podrÃamos definir a MartÃn Fierro como un hombre comprometido con la realidad social de su época, amante de la libertad, los amigos, la familia y la pulperÃa. Como transmisor de la sabidurÃa obtenida con los años y el sufrimiento. No es un héroe perfecto, librado de errores y equivocaciones, pero sà capaz de sobreponerse a ellos y no seguirlos cometiendo.
“Cómo todo poema épico, el nuestro expresa la vida heroica de la raza: su lucha por la libertad, contra las adversidades y las injusticias.
MartÃn Fierro es un campeón del derecho que le han arrebatado (...). Su emigración a tierras del enemigo, cuando en la suya lo persiguen es otro rasgo fundamental”
- (...) Su mismo lenguaje representa para el futuro castellano de los argentinos, lo que el del romancero para el actual idioma de España. Es la corrupción fecunda de una lengua clásica, la germinación que empieza desorganizando la simiente”
- Filosofia estoica: “HeroÃsmo en el deber cotidiano, es la fibra excelente, revelada por pulimento artÃstico en la madera del héroe”.
- “La originalidad de la ejecución, es asimismo, completa dentro del lenguaje habitual de la épica que consiste en la creación de nuevas formas vitales que resultan de un orden, nuevo también, impuesto por la inteligencia a los elementos preexistentes”
Por Zulema Fonseca
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