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Hace poco más de 3 años comenzábamos a trabajar en la organización de la reedición de la Expedición Zelada y Dávila. El disparador fue el pedido que le hiciera el doctor Adolfo Caballero a su colega riojano, el doctor José Luna Corzo: “Por San Juan y Mendoza ya se hace, faltan ustedes, los riojanos”. Fue asà que con el apoyo del gobernador Luis Beder Herrera y demás funcionarios de su gobierno, nos pusimos manos a la obra.
A esta importante gesta histórica se la recordaba poco en nuestra provincia, y simplemente era el nombre de una calle o el de una escuela, y muchos creÃan que Zelada y Dávila era una misma persona. En realidad era la contribución más heroica que La Rioja habÃa hecho por la Independencia de nuestra Patria al ser parte del plan sanmartiniano que cruzarÃa la cordillera para liberar al paÃs hermano de Chile.
La columna riojana, una de las cuatro auxiliares que acompañarÃan a las dos principales que cruzarÃan por Uspallata (Mendoza) y Los Patos (San Juan), debÃa trasponer Los Andes por el paso de Comecaballo, estaba conformada por unos 350 hombres y debÃan tomar dos objetivos principales: Copiapó la última población chilena más importante del norte en ese momento y el puerto de Huasco, primer puerto del paÃs trasandino que encontrarÃan las fuerzas realistas para desembarcar, si decidÃan bajar por mar desde Perú. Como todas las columnas, la de La Rioja cumplió al pie de la letra las instrucciones dadas por el gran capitán y tomó los dos objetivos el mismo dÃa en que San MartÃn triunfaba en la trascendental batalla de Chacabuco.
Además la columna riojana tuvo algunas particularidades para destacar. Por ejemplo fue la única en la que tuvo participación directa el general Manuel Belgrano -por entonces jefe del Ejército del Norte-, al enviar a uno de sus hombres de mayor confianza para que ocupara la gobernación de La Rioja -el coronel Benito MartÃnez, nacido en la Banda Oriental y oficial del mencionado ejército- y para que organizara la Expedición y, cuando estaba casi todo listo, mandó a otro de sus oficiales, el capitán Francisco Zelada, nacido el la Colonia del Sacramento, para que encabezara la misma, y doce soldados del Ejército del Norte para que le “inyectaran” experiencia al grupo de milicianos riojanos que conformaban las filas. Esto la convierte el la única columna belgraniana de las cuatro auxiliares que llevaron a cabo el histórico cruce.
El capitán Zelada fue secundado por el riojano, comandante de armas del oeste provincial, don Nicolás Dávila, a quien el gobernador MartÃnez nombró segundo jefe de la fuerza. Todo esto se sumaba a una serie de contribuciones que nuestra provincia venÃa realizando a los ejércitos de la Patria a través del envÃo de numerosos recursos como mulas y harina, además de integrar a muchos hijos de la provincia a las fuerzas patriotas. Es sabido que al pie del mÃtico cerro Famatina se fundieron los primeros cañones que sumarÃan las fueras independentistas.
Todo esto estaba casi olvidado en la historia riojana, hasta que en el año 2010, en coincidencia con el bicentenario del primer Grito de Libertad de nuestra Patria, la provincia pudo realizar la primera reedición después de varias décadas en las que se habÃan realizado algunas similares pero sin continuidad. Ésta como las dos reediciones que le siguieron, estuvo integrada además por autoridades e integrantes de fuerzas vivas del hermano paÃs de Chile.
Esta tercera edición tuvo un valor agregado, que fue el aporte que hizo la gente de Guandacol, que organizó la travesÃa por el camino original de seis jornadas a lomo de mula hasta llegar al hito de Comecaballo. En los años anteriores, solamente se partÃa desde el campamento de Barrancas Blancas, ubicado sobre el camino que se construye por el paso Pircas Negras -paralelo a Comecaballo- y se recorrÃa en dos jornadas, más de cuarenta kilómetros a lomo de mula hasta llegar al hito. Este año realizaron ambas travesÃas, uniéndose en el refugio de Comecaballo, antes de encarar el último tramo hacia el hito.
Es bueno destacar también que a través del Ministerio de Educación de la provincia, cuyo ministro, el licenciado Walter Flores, quien es un entusiasta protagonista y organizador del evento, se llevó un concurso a las escuelas secundarias para que los alumnos, a través de la presentación de trabajos monográficos, puedan ser seleccionados y formar parte de la reedición. AsÃ, este año, conformaron la expedición 10 alumnos pertenecientes al nivel polimodal de distintos colegios secundarios de nuestra provincia.
Hoy podemos decir que este merecido homenaje a aquellos hombres que hicieron grande nuestra provincia y a nuestra Patria, que ya lleva su tercera edición, esta consolidado, y que anualmente va creciendo y más gente se va sumando cada año, especialmente jóvenes que quieren ser protagonistas de las sucesivas ediciones. Este era uno de nuestros objetivos y estamos contentos con ello.
Prof. VÃctor Hugo Robledo, La Rioja.
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