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Pues si usté pisa en su rancho
y si el alcalde lo sabe
lo caza lo mesmo que ave
aunque su mujer aborte...
No hay tiempo que no se acabe
ni tiento que no se corte.
No hay alegrÃa que no se termine ni éxito que no se acabe, asà como no hay fracaso que no levante cabeza ni adversidad que dure cien años. La vida es una rueda que gira sin pararse: a veces uno está arriba y a veces uno está abajo; la gran sabidurÃa consiste en esperar con fe y con paciencia cuando uno está abajo, y en no olvidarse que la rueda sigue andando cuando uno está arriba.
Pero son muchos los que no lo entienden: cuando están arriba despilfarran alegrÃa como si la alegrÃa en este mundo nunca se acabara, y cuando están abajo patalean al ñudo como si pataleando se secara el charco.
MartÃn Fierro es de los pocos que han entendido este secreto tan hondo y tan simple de la vida. Por eso la acepta como es, una rueda que gira sin pararse nunca. Hasta que llegue el dÃa en que no gire mas, cuando su pulso se detenga una sola vez y para siempre.
Cuando llegue ese dÃa ¿qué importancia tendrán nuestros fracasos? ¿qué importancia tendrán nuestras tristezas? ¿tendrán algún valor las alegrÃas? ¿tendrán algún valor los éxitos? – Cuando llegue ese dÃa las luces y las sombras de la vida, las marchas pesadas de la rueda o su velocidad mas loca, no serán mas que polvo de nubes disipado en el tiempo; y el tiempo mismo será nada. Entonces lo único que importará será el amor con que hayamos vivido.
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