Foto |
 |
|
“hacete amigo del juez” le aconsejaba el inefable viejo Vizcacha al segundo hijo de MartÃn Fierro. Pero ¿Cómo vivÃa un juez de paz de campaña en esa época? Y mejor aun, ¿Cómo lo hacia si ese juez de paz era el editor del mismÃsimo MartÃn Fierro? Una vez desarrolladas varias campañas de excavación arqueológica en donde fuera la estancia del antiguo juez que devino en editor, don Zoilo Miguens, es posible responder a estas preguntas.
En los años 1836 – 1838 la familia miguens esta registrada como propietaria de 33750 hectáreas en los partidos de Arenales y Ayacucho, mientras que en 1864, tal cantidad se habÃa reducido a 11828 hectáreas, entre estas se situaba la de la estancia el Rosario, que José Zoilo Miguens le comprara a doña MarÃa Josefa de Miguens.
El establecimiento rural yahora sito arqueológico El Rosario se ubica en las coordenadas 37º 14Â’ 10,21Â’Â’ de latitud sur y 58º 45Â’ 13,75Â’Â’ de longitud oeste; paraje la constancia, partido de Ayacucho, justito cuando el terreno comienza a quebrarse en dirección a alas vecinas sierras de Tandil. El viejo casco posee la particularidad de haber funcionado durante un año como juzgado de paz de campaña en la década de 1860 a 1870. A cargo del primer juez de paz del flamante partido de Arenales y Ayacucho, don José Zoilo Miguens, quien, como ya dijimos fue además el editor de la primera edición del MartÃn Fierro de Hernández en 1872, y además es considerado el fundador de Ayacucho.
Esta asociación le permite actualmente a la ciudad de Ayacucho erigirse en un centro de discusión y debate acerca del MartÃn Fierro; debido a esto, cada noviembre se desarrollan en ella las jornadas de investigación, promoción y debate del universo del MartÃn Fierro.
El proyecto arqueológico se desarrollo por iniciativa y financiación del gobierno municipal de Ayacucho, y contó con la anuencia y buena voluntad del actual dueño del establecimiento, Sr. Mario Maito, ambos detalles son dignos de destacar y de apoyar porque no constituyen desgraciadamente la norma dentro de nuestra realidad nacional. Juntamente con los arqueólogos trabajaron alumnos de establecimientos secundarios rurales y urbanos del citado partido, aprendiendo que lo importante es conocer sus propias raÃces y su propio pasado.
La casa de la estancia aun en pie posee vigas y horcones todavÃa sujetos con lonjas de cuero de potro y es una vivienda de ladrillos con galerÃa y techos a dos aguas, adornada con una curiosa forma semi circular que sobresale por encima de la cumbrera. Durante los trabajos de excavación en los alrededores de la casa fueron apareciendo los restos del descarte del dÃa a dÃa en la vida de la estancia en tiempos del juez. A partir de estos fue posible determinar que don Zoilo Miguens era un personaje que poseÃa un estatus socio económico particular dentro del ámbito rural de su tiempo.
En la mesa del juez se servia en platos, fuente y vajilla de mesa de procedencia europea: inglesa, alemana y francesa, se bebÃa cerveza Escocesa en porrones de la marca Kennedy, Glasgow o vino Frances en botellas de vidrio sopladas. Bebidas que se consumÃan en copas de cristal, no se hallaron restos de vasos, sino que todos son copas, nos que los habla del estatus social del juez. Luego, una vez degustado el postre, el café era servido en magnÃficos posillos de la costosa porcelana China finamente decorada. Imaginen este cuadro en un contexto rural donde no existÃan casi caminos y en donde los malones estaban a la orden del dÃa.
Es muy probable que el propio José Hernández haya comido en esa misma mesa, junto con su amigo, correligionario polÃtico y editor, el juez. No por nada es Ayacucho el único poblado de la provincia de entonces que se menciona en el MartÃn Fierro. Y es a miguens a quien se dirige Hernández una vez finalizada la obra, cuando por carta le escribe: “a fin me e dedicado a que mi pobre MartÃn Fierro, que me a ayudado algunos momentos a alejar el fastidio de la vida de hotel, salga a conocer el mundo, y allá va acogido al amparo de su nombre. No le niego su protección, usted que conoce bien todos los abusos y todas las desgracias de que es victima esa clase desheredada de nuestro paÃs”.
"Gentileza: Diario La Nación, Sección Rincón Gaucho.- Edición y titulado: Mariano Wüllich -Srio Prensa CGA"
Volver
|