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"AQUÃ ME PONGO A CANTAR AL COMPAS DE LA VIGUELA QUE AL HOMBRE QUE LO DESVELA UNA PENA EXTRAORDINARIA COMO EL AVE SOLITARIA CON EL CANTAR SE CONSUELA"
HABLEMOS DE GAUCHOS (Primera Parte)
El Gaucho Caballero se presta al diálogo muy gentil y el mismo se desarrolla con fluidez. Hace gala de sus conocimientos sobre el gaucho, sus hábitos y costumbres y defiende su posición con garra cual si estuviera facón en mano y poncho envuelto para el combate. Un combate que solo es figurado por cuanto con su bonomÃa de siempre nos atiende y nos muestra la casa desde donde emite para Internet la Señal Gaucha, emisora de la Confederación Gaucha Argentina.
No pierde la calma aún cuando se lo contradice en sus afirmaciones y no arguye que él sólo habla a través de sus sentencias o resoluciones, como vemos en TV que hacen algunos jueces que carecen de argumentos o que no pueden justificar sus acciones.
Para romper el hielo le preguntamos con suavidad:
Veo una voz (V) - ¿Se es gaucho por snobismo o porque es un negocio ser o vestirse de gaucho?...
Adolfo Caballero (AC) - Es una pregunta que el común muchas veces no se atreve a formular. Me encanta que venga de ustedes que conocen estas cosas en profundidad. El ser gaucho para el argentino es un motivo de orgullo. Es un sentimiento que se lleva en lo más profundo del corazón. "Se guarda en lo más sacro del ser humano. Como el sagrario que protege a la EucaristÃa". Este pensamiento le pertenece a don Ricardo Güiraldes, autor de Don Segundo Sombra.
Asà nos sentimos los que somos gauchos.
La charla siempre amena con el Presidente de la Confederación Gaucha Argentina, don Adolfo Caballero, de profesión abogado, actual Ministro de la Corte de Justicia de la provincia, discurre por muchos caminos y manifiesta la riqueza de conocimientos que posee nuestro anfitrión. Visión amplia y aguda sobre la temática abordada le permite, con cintura polÃtica, no confrontar en algunos aspectos.
V -¿El gaucho es un mito?
AC - Mire el primero que eleva a la categorÃa de mito al gaucho es un hombre que es discutido por algunos que ignoran su obra. Los desafió a que lean a Sarmiento de nuevo. Domingo Faustino Sarmiento, nuestro prócer más querido, describe al gaucho como un ser de rostro bello, que despierta admiración.
Barbado, mitad árabe, mitad español. Serio, reposado, seguro. A veces temerario. De una sola palabra. Siempre servicial y atento pero que si alguien manchaba su honra y su honor, desenfundaba su cuchillo y era como la prolongación de su mano. Lava su honor. No matando como hace el hombre de otros pueblos del mundo.
El gaucho simplemente hacia destrezas con su cuchillo ante su rival, ofensor, hasta la primera gota de sangre. Ahà terminaba el duelo.
V -Usted referencia a Domingo Faustino Sarmiento aún cuando refleja en sà mismo un profundo espÃritu de contradicción, el prócer, respecto del gaucho. En alguna carta suya a Bartolomé Mitre le pide que "no dude en derramar sangre de gaucho, que al menos sirva de abono..."
AC - Es cierto que lo dijo. En un rapto de enojo, un temperamento como el de Sarmiento, no me cabe la menor duda que lo dijo.
Si usted lee a Sarmiento en las página inmortales que tiene; en Recuerdos de Provincia, en Facundo, escrito en 1834, describe por ejemplo al gaucho baqueano sin el cual no se podÃa atravesar el desierto que era Argentina en su época.
El primero que lo lleva al gaucho a la categorÃa de mito es Sarmiento, quien describe en forma tan magistral, con pluma precisa a baqueanos como Calivar, es él.
Esto a la gente no le llega porque ha perdido la costumbre de leer y los que deberÃamos ocuparnos de difundir estos conocimientos no lo hacemos. Me refiero a los medios de comunicación, al Ministerio de Educación. Porque habrÃa que darle a la gente estas páginas inmortales.
¿Quién defiende al gaucho cantor?
Sarmiento.
V -Existen dos motivos para que esto último no sea viable.
Uno es el interés comercial, lÃcito por cierto, para que la empresa periodÃstica no se ocupe del gaucho y su historia. No es el tema que "compra" la gente.
El otro motivo es de estricto corte polÃtico. La clase dirigente en función se ocupa de hacer lo que tantas veces se ha denunciado, ocuparse de sà misma.
¿Seguimos con Sarmiento?
AC - Le cuento una anécdota; un cantor a orillas del Paraná, rodeado de una veintena de escuchas, montado por supuesto, porque el gaucho no se desmontaba nada mas que para atender a sus necesidades y para dormir, descansando la rodilla en la montura escuchaban del cantor su relato. De pronto un tropel de caballos rompe la armonÃa del momento. La partida. La policÃa los rodeaba; porque en aquel tiempo allà no habÃa derechos humanos que los protegieran. Por cualquier causa los detenÃan y a la leva. Los reclutaban a la fuerza y los convertÃan en miembros del ejército.
Se desparrama el grupo; el cantor aprieta cincha, venda los ojos del caballo con la aponchadota. Monta sereno, tranquilo. Mira por izquierda, mira por derecha. Cuando está la partida cerca y ya lo creen capturado, espolea al caballo y se arroja, montado, por las barrancas al rÃo Paraná. Se hunde en las aguas y luego aparece en un islote. Se sacude el caballo el agua. Mira por izquierda, mira por derecha y se aleja al trotecito chorreando agua.
Eso lo describe Sarmiento. Ahora bien. ¿Usted cree que quién describe asà a un hombre lo va a despreciar? ¡Lo admiraba!
V -Acordemos que Domingo Faustino Sarmiento era un gran literato y que con la pluma en la mano era casi un genio. Para poder ver al hombre que era no debemos idealizarlo y recordar que solo los santos logran un estado cercano a la perfección. Algo imposible para un hombre involucrado en el hacer y el acontecer de un paÃs en formación que buscaba la unidad nacional. Muy en lo personal creo que admiraba al gaucho, como usted dice, pero al gaucho que él podÃa crear con la pluma pero no estimaba en mucho al gaucho real, el que tenÃa todos los olores encima fruto de su cotidiano andar y mucho menos por su accionar en esa etapa difÃcil de la Argentina naciente. De otra manera son poco aceptables en un hombre con una capacidad tan enorme que le permitió desarrollar una actividad multifacético. Recordemos que fue militar, polÃtico, escritor, maestro, etc.
¿Cómo se entiende la persecución al Chacho Peñaloza y su asesinato? ¿Y la posición que asume en "Facundo, civilización o barbarie”?
AC - Para entenderlo tenemos que ubicarnos en el contexto histórico. Las luchas polÃticas en ese momento eran arduas y complejas. El Chacho es uno de los caudillos que yo más admiro porque conozco su obra. Cuarenta y cuatro alzamientos contra el despotismo del puerto de Buenos Aires reclamando conceptos que aún reclamamos: la coparticipación. En ese momento histórico a Sarmiento le toca enfrentarlo con la barbarie. Por eso el Facundo. Es importante que leamos toda su obra para poder emitir opinión sobre lo que hizo o dijo.
P -El hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras, dice un adagio popular.
AC - Está bien, pero insisto en que debemos conocer a Sarmiento para poder emitir un juicio, una sentencia...
La charla con el Presidente de la Confederación Gaucha Argentina se prolonga y creemos que debe ser transcripta en su totalidad por el valor que la misma tiene para entender que no se es gaucho por snobismo ni porque esté de moda.
Por Santiago DÃaz Herrera Fotos: Lucas Sebastián Nieto
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