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Los 1.500 jinetes de este año contra los 700 del 2006. 23 minutos de diferencia entre los primeros y los últimos gauchos. Una columna de más de un kilómetro de extensión. Hay varias maneras de demostrar matemáticamente el tamaño con que arrancó ayer en la siesta la XVIII edición de la Cabalgata de Fe a la Difunta Correa, pero el sonido de tantas herraduras juntas golpeando sobre el asfalto de la calle y el pecho inflado de orgullo de los hombres, mujeres y niños que la protagonizan es una imagen difÃcil de describir. Y un placer que miles de sanjuaninos disfrutaron en la primera etapa de ayer, mate en mano, sentados a la vera del camino entre la Capital y Caucete. Lo que representa una gran promesa de asistencia popular para la etapa de hoy, que arrancará a las 7 en Caucete y terminará a las 13 en el santuario de la Difunta Correa.
"Este año ha largado de la municipalidad de la Capital el doble de jinetes del año pasado. Hay más gente de otras provincias, principalmente, porque los sanjuaninos se animan a participar más", comentó ayer Daniel Rojas, secretario de la Confederación Gaucha Argentina.
"En este número los organizadores no tienen en cuenta unos 40 carros que llegaron puntualmente a las 13 horas al punto de partida, tal como se habÃa convocado, y decidieron salir solos ante la impuntualidad. A esto hay que agregarle que en el Monumento al Gaucho, en la intersección del Acceso Este y la avenida Hipólito Yrigoyen, en Santa LucÃa, se sumaron nuevas agrupaciones que habÃan elegido ese lugar para sumarse.
"De las 14:50, cuando el locutor anunció que oficialmente se ponÃa en marcha esta cabalgata que nació hace 18 años para unir a los gauchos, hasta las 19:50, cuando finalizó la primera etapa (cuando la columna entró por la Diagonal Sarmiento, en Caucete), los gauchos pusieron su toque de distinción a estos 22 kilómetros de distancia.
"Uno de ellos fue una troupe de mateo, carretas y sulky que se ubicó en el costado sur de la Ruta 20, frente al camping del colegio Don Bosco, y armaron la mesa más larga que se vio ayer. TenÃa unos 10 metros de largo. Cada un metro de distancia habÃa una damajuana de cinco litros de vino y platos de acero inoxidable que, por su tamaño, se parecÃan más a una ensaladera.
"Los que no se quedaron atrás fueron tres guitarreros con pilcha gaucha negra y pañuelos rojos que parecÃan no tener mucho apuro en llegar a Caucete. Es que se instalaron a tocar serenatas a unas pocas cuadras del Monumento al Gaucho, que fue la primera parada. Primero se los habÃa visto juntos en una carreta tocando para todo el mundo durante la cabalgata. Pero, al parecer, con esta gente que estaba a un costado del camino comieron y bebieron tan bien que se despegaron de la marcha.
"Entre los más aplaudidos y comentados por el público estuvieron los gauchos del Centro de Arte Nativo de Albardón. Eran unos 30 y sobre sus hombros llevaban ponchos de un celeste eléctrico con franjas blancas que llamaban la atención por la similitud con los colores patrios. Y eso los distinguió entre el resto.
"En esta primera etapa hasta Caucete la cabalgata tuvo algunos puntos de detención. Uno de ellos fue el Monumento al Gaucho, donde el gobernador José Luis Gioja, el vice Marcelo Lima, el ministro de la Corte y presidente de la Confederación Gaucha Argentina Adolfo Caballero y el presidente de la Federación Gaucha Sanjuanina, Enrique Tapia, descubrieron una placa de homenaje a los gauchos sanjuaninos. Y el segundo fue un breve descanso antes de cruzar el puente a Caucete. Allà los jinetes tomaron un poco de café, mate y otras bebidas para calentar un poco el cuerpo. Es que la tarde estuvo un poco fresca, sobre todo porque estaba nublado. Pero eso también dio un marco inmejorable tanto para los caballos como para los jinetes.
Textos: Gustavo MartÃnez y José Castro
Fotos: Hugo Elizondo Y Daniel Arias
Diario de Cuyo
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